miércoles, 17 de diciembre de 2014

ENSAYO FINAL




 





INTRODUCCIÓN AL CAMPO DE LA ORIENTACIÓN PSICOPEDAGÓGICA

ENSAYO SOBRE EL ORIENTADOR EDUCATIVO


IMELDA LIZETHE JIMÉNEZ DÍAZ




Cd. Guzmán, Jalisco Mpio. Zapotlán el Grande a 18 de Diciembre 2014

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INTRODUCCIÓN

En este presente ensayo hablare sobre lo que es Orientación Educativa, las diferentes definiciones que se encuentran las perspectivas teóricas y modelos de actuación de un Orientador Educativo como la importancia de estos modelos y el Sujeto como Orientador.
Para introducir a los demás temas que desarrollare posteriormente como ya los mencione, hablare primero de los diversos conceptos que manejan varios autores solo lo que es Orientación Educativa.
Muchas son las definiciones que se han dado sobre orientación educativa, varios autores coinciden en ver la orientación como un proceso de ayuda; por tal motivo, considero pertinente mencionar algunos conceptos de diversos autores.
Como primer punto se define Orientación Educativa, Según Bisquerra (1996) en el libro de la autora Vélaz de Medrano.
“Un proceso de ayuda continuo a todas las personas, en todos sus aspectos, con objeto de potencias la prevención y el desarrollo humano a lo largo de todas la vida. Esta ayuda se realiza mediante programas de intervención psicopedagógica, basados en principios científicos y filosóficos”. (Vélaz de Medrano Ureta, 1998).
Aquí este autor nos menciona que es una ayuda recurrente porque al identificar la problemática o necesidad de cierta persona debe tener un cambio continuo pero certero y no rápido y que no tenga buenos resultados, y con objetivo de poder potenciar todas esas habilidades que ese sujeto tiene aun cuando no cree poseer ciertas habilidades, hacerlo que crea en él y en lo que es capaz de hacer.
Otro autor que menciona el mismo libro de Vélaz de Medrano, es Rodríguez Moreno (1995), nos dice que Orientación Educativa es:
“Orientar sería en esencia, guiar, conducir, indicar de manera procesal para ayudar a las personas a conocerse a sí mismas y al mundo que las rodea; es auxiliar a un individuo a clarificar la esencia de su vida, a comprender que él es una unidad con significado capaz de y con igualdad de oportunidades actuando en calidad de ciudadano responsable, tanto en su actividad laboral como en su tiempo libre.” (Vélaz de Medrano Ureta, 1998).
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Este autor coincide con Bisquerra, de tratar de potenciar ya hacérselo saber al individuo de todo aquello que es capaz de lograr, tratando de conducir por el mejor camino y ayudar a que el posteriormente aprenda a tomar sus propias decisiones acertando en la que elige y sea mejor para él en ese instante y para fututo, hacerle hincapié en su autoestima, haciéndole conocer que es igual que los demás que no se debe de sentir tanto inferior como superior, llegar a un excelente equilibrio en sus emociones y perspectivas de la vida, y que tiene las mismas oportunidades que las demás personas tanto en el ámbito personal como profesional.
El autor que resumen a Bisquerra y Rogríguez Moreno, es Echeverría (1993), donde dice que la Orientación Educativa es:
“Proceso contínuo, sistemática e intencional de mediación, y tendente a desarrollar la capacidad de autodeterminación de las personas para que, en base a criterios contrastados, sean capaces de identificar, elegir y reconducir, si es preciso, las alternativas ofrecidas por su entrono hasta asumir las más acordes a su potencial y trayectoria de vida.” (Vélaz de Medrano Ureta, 1998).
Como lo mencione, este autor menciona lo más importante que citan los dos autores anteriores, el de desarrollar sus habilidades al máximo para que puedan tener autodeterminación y puedan ser capaz de identificar sus problemas y sus propias soluciones a estos a fin a su entorno y su vida, que se acople a su modo de vida y no difieran de los objetivos que el presenta según sus necesidades.
Ahora bien, ya que mencionamos a algunas de las más importantes definiciones que encontramos de Orientación Educativa, nos quedó claro lo que es Orientación Educativa, que tiene el fin de guiar, orientar a la persona que lo requiera en cierta situación que se encuentre en su vida, haciéndole conocer sus habilidades que posee y ayudarle a potenciarlas al máximo para que en tiempo futuro el mismo pueda tomar sus propias decisiones y sea capaz de solucionar sus problemas que se presenten sintiéndose seguro y capaz de lograr cualquier cosa para su bienestar tanto emocional, laboral, personal y pueda encajar ampliamente sin ninguna dificultad en la sociedad según su modo de vida. Pues sin más pasaremos a describir lo que es un Orientador Educativo, sus Modelos que lo rigen, Funciones y el Sujeto como Orientador en sí.
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DESARROLLO
ORIENTADOR EDUCATIVO, MODELOS Y FUNCIONES.

La Orientación Educativa es una práctica que desde sus orígenes se ha realizado como un medio para poner al hombre adecuado en el lugar indicado; sin embargo, la Orientación en la actualidad  ha tratado de dar un giro a la concepción que de ella se ha tenido.
Se atribuye a J.M. Brewer el concepto de que orientar es idéntico a educar.
“…la labor que debemos hacer en la escuela puede ser descrita como ayuda a los niños para comprender, organizar, extender y conseguir actividades cooperativas e individuales.”
La Orientación Educativa como disciplina busca resignificar el papel del orientador educativo, busca encontrar el sentido de su quehacer cotidiano para un mejor servicio a los destinatarios finales como los alumnos de una escuela y de su labor: los alumnos, quienes son partícipes y protagonistas del proceso orientador pero es importante conocer quiénes son, cuáles son sus problemas, cuáles sus potencialidades, sus motivaciones y cómo propiciar la reflexión, el análisis y la elaboración de un proyecto de vida integral y esto genera uno de los retos dentro de la práctica de la Orientación Educativa.
Es por lo anterior mencionado, que en este ensayo, se abordará la práctica de la Orientación Educativa y la motivación de logro como uno de los factores psicoeducativos que más influyen en el aprendizaje de los alumnos y en la labor del orientador; se cuestionará en qué medida el orientador educativo es consciente de su importancia en la práctica orientadora, y hasta qué punto se favorece su desarrollo dentro de la Orientación; para terminar con algunas propuestas sobre el tema.
La orientación educativa es un proceso continuo y sistemático de ayuda personal al individuo, que estudia y promueve las capacidades pedagógicas, psicológicas y socioeconómicas del estudiante optimizando las condiciones ambientales para que conozca mejor los aspectos de sí mismo y mejore sus relaciones interpersonales enfocadas al aprendizaje de comportamientos y estrategias para su máximo desarrollo personal y de potencialidades académicas en los diferentes niveles educativos y profesionales y lo vincula en dirección al 
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desarrollo social del país logrando la calidad y eficacia en el proceso de enseñanza, estrechando lazos maestro “orientador” - alumno mediante la elaboración de un proyecto de vida y la toma de decisiones, apoyado por la comunidad educativa en conjunto con apoyo técnico especializado; en las diversas áreas de atención (personal, académica, vocacional y profesional) y en los distintos tipos (individual y grupal).
Actualmente el orientador educativo para desempeñar su papel de manera eficiente en atención a las alumnas y los alumnos, debe actualizar su formación de manera progresiva, con el propósito de desarrollar sus competencias como docente-orientador.
De esta manera, estará en condiciones de detectar los problemas y necesidades, guiar, atender o apoyar al alumnado en todos los aspectos que se le presenten en su viva, sobre todo en la etapa escolar en los aspectos académicos, de elección de opciones sobre una carrera profesional u oficio, así como de su formación personal.
Uno de los principales objetivos del orientador debe ser atender a los alumnos para evitar posibles problemas en el corto y mediano plazo que impliquen o desemboquen en problemas de salud, sociales, escolares y como consecuencia inmediata trunquen el buen futuro de su vida en su perjuicio personal con repercusiones en segundas o terceras personas.
Para ser un buen orientador, el profesional debe reunir o contar con cualidades científicas, técnicas y humanas, las cuales implican saberes, “haceres” y “ser” del orientador.
Sin embargo, lo más fundamental en atención de orientación para con un alumno es la buena relación que se pueda establecer entre orientador-orientado, en el que tiene que ver el grado de confianza que se pueda inspirar para con el alumno, de tal manera, que éste pueda contar sus problemas y necesidades al orientador sin titubeo alguno, para que éste último pueda actuar en apoyo al demandante, con el propósito de prevenir, corregir y contribuir en su desarrollo integral de sus competencias para enfrentar con éxito los diferentes problemas y situaciones que le presente la vida.
Así mismo, el orientador debe hacer conciencia de sí mismo respecto a sus actos como persona para humanizarse más y poder atender al “otro”, procurando el respeto, entenderlo, comprenderlo y actuando de manera flexible para con él o los alumnos, en función de que presentan una verdadera diversidad en cuanto a cultura y necesidades. De esta manera, el 
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orientador podrá adecuar actividades que le permitan llevar a buen éxito su papel de guía y apoyo para con los alumnos y en su beneficio.
En el mismo sentido, el orientador educativo, además de contar con las cualidades básicas antes mencionadas, debe mostrar habilidades de comunicación verbal, escrita y de escucha activa para aplicar el conocimiento en el momento de guiar y apoyar al alumno.
La comunicación del orientador debe ser empática para con los alumnos, de tal manera que estos, acepten el apoyo y la guía con agrado. Así mismo, el discurso empleado por el orientador debe ser motivador y adaptado a las características y necesidades de los alumnos, como también debe emplear una terminología precisa y explícita, de tal manera que evite confusiones en los alumnos en el momento de la orientación o presta de apoyo.
En la búsqueda de fundamentación teórica para la orientación, encontramos «montañas» de teorías, todas dignas de ser escaladas. Cada una de ellas ofrece una perspectiva diferente, pero todas ellas interesantes para ayudar al ser humano.
Hablar de enfoques teóricos en nuestro campo obliga, pues, a retomar el tema de la pluralidad de principios provenientes de otras disciplinas como la Psicología, la Pedagogía, la Sociología o la Filosofía, sobre los que fundamentar la intervención. El hecho de querer ofrecer un marco de referencia, que haga posible una aproximación global y coherente a los procesos de desarrollo y de aprendizaje, puede parecer pretencioso y podría conllevar algunos riesgos: riesgo de caer en un eclecticismo fácil, seleccionando de cada teoría los elementos no contradictorios; riesgo de desgajar los elementos seleccionados del contexto epistemológico, metodológico y conceptual en el que han sido elaborados y riesgo de dejar al margen elementos que pueden ser de interés.
A pesar de la diversidad de enfoques teóricos en todos ellos se dan elementos comunes; por ejemplo, todos admiten, implícita o explícitamente, la interconexión entre los componentes filosóficos: cuál es la naturaleza humana (Metafísica), cómo se adquiere el conocimiento (Epistemología), cuál es la naturaleza de la persona (Antropología) y cómo debería ser la persona (Axiología). Todos los enfoques teóricos asumen, además, que el cambio es posible, que dicho cambio ha de ser coherente con los objetivos de logro y que la interacción orientador-orientado es fundamental en la consecución de dicho cambio.

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Presento una clasificación en la que se exponen los Modelos y los Enfoques Teóricos de Orientación, siendo en primer lugar, las Teorías del Counseling; en segundo lugar, las Teorías del Desarrollo, recogidas ambas categorías por Bisquerra (1998); y, en tercer lugar, las Teorías Educativas actuales, enfoques o corrientes, que están influyendo decisivamente en los planteamientos educativos de nuestro Siglo XXI.

TEORÍAS DEL COUNSELING

Enfoque de Rasgos y Factores
Este enfoque supone la consolidación de la aplicación de la psicometría a la orientación. Su principal representante es Edmund Griffith Williamson (1900-1979) y, con él, la llamada Escuela de Minnesota. Los supuestos básicos que defienden son:
- Cada individuo tiene unos rasgos y unos factores individuales.
- Estos rasgos y factores pueden ser medidos y evaluados.
- Estos rasgos y factores pueden quedar estancados o desarrollarse en función de las interacciones del individuo con el ambiente.
- El ejercicio de una ocupación requiere de unos rasgos.
- La orientación debe ayudar al individuo para que ajuste los rasgos personales con los requisitos ocupacionales.
- Cuanto mayor sea la adecuación entre los rasgos individuales y los requisitos ocupacionales, mayor será la satisfacción en la ocupación elegida. (Sanchiz Ruiz, 2009)
Aquí nos menciona que cada individuo es diferente a otro, tanto sus rasgos físicos como rasgos de habilidades que caracterizan a cada uno de nosotros como ser individual, estos rasgos pueden ser medidos y así por lo consecuente se evalúan para saber en qué posición se encuentran, si han sido desarrollados amplia y correctamente o han sido estancados por no tener una buena interacción con su ambiente, y por medio de ejercicios desarrollarlos y por medio de la orientación ayudar al individuo para hacer los ajustes necesarios y tenga un buen resultado y pueda tener una satisfacción como individuo, me parece congruente lo que menciona el autor, puesto que cada uno de nosotros nos desarrollamos de forma diferente y deben de ser personalizados los test que se utilizan como formas de evaluación, porque en forma general no nos servirán las que se utilicen para otros por no poseer los mismos rasgos.
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Conductismo
Las teorías del aprendizaje basadas en el conductismo sostienen que las conductas problema son aprendidas. Después del condicionamiento clásico de Pavlov, el aprendizaje por ensayo y error de Thorndike y el condicionamiento operante de Skinner, algunos autores como Patterson (1974) y Ackerman (1976) ofrecieron teorías que pretendían ayudar a modificar la conducta controlando los refuerzos asociados a ésta. (Sanchiz Ruiz, 2009)
Esta autora nos menciona que el Conductismo, como ya lo comprobaron varios de los autores mencionados como lo fue Pavlov, Thorndike y Skinner, es aprendido, aquí tiene que ver mucho los reforzamientos que se dieron a su tiempo al niño y es por eso que continúan con esa mala conducta. Se tienen que detectar los reforzadores que aplicaron para irlos eliminado poco a poco para retirar la conducta no deseada, enseñar conductas nuevas que sirvan más que la que ya tenía esa persona, así haciendo que la nueva conducta siempre vaya seguida de buenos reforzadores para que no la pierda con rapidez.
Aprendizaje social
La teoría del aprendizaje social intenta ir más allá de la consideración de la conducta humana como respuesta a estímulos, que hacía el conductismo. El aprendizaje de conductas se produce siempre, según esta teoría, en un marco social. Esto implica que, además de aprender las normas de conducta por medio de las reacciones que los demás tienen ante sus actos, los niños adquieren los modelos de comportamiento adecuados por observación, viendo a los otros actuar. Este último medio de aprendizaje se ha llamado también imitación o modelado, ya que los niños copian el comportamiento de aquellas personas que, por su aceptación social, lugar importante en su mundo, etc., se convierten en modelos de conducta apropiada. (Sanchiz Ruiz, 2009)
Este modelo tiene que ver con los actos observados de otros, nosotros desde niños siempre imitamos la conducta de las personas mayores a nosotros que están en nuestro entorno, tanto los actos buenos o malos, porque en esa edad no tenemos el enfoque de conductas morales para determinar si es bueno o malo, pero como lo hace una persona mayor a nosotros, creemos que está bien, y lo hacemos, así es como se aprenden malos hábitos, modales, y cosas tanto negativas como positivas que por consecuente siempre nos apegamos más a lo malo que como siempre es lo prohibido es a lo que nos arriesgamos o nos motiva más en 

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hacerlo, ya que esa conducta se nos arraigó desde tiempo atrás y es más difícil en tiempo futuro retirar esa conducta , puesto que es más fácil aprender que desaprender.
Cognitivismo
En esta categoría se engloban todas aquellas teorías que consideran que las dificultades emocionales y comportamentales de las personas se deben a la forma en que éstas piensan sobre sí mismas y sobre el mundo que las rodea. Ya en el siglo I Epicteto decía: «No son las cosas las que atormentan a los hombres, sino las opiniones que se tienen de ellas». La realidad se puede ver desde distintos ángulos y, cada persona elige el ángulo desde el que enfoca su propia realidad. (Sanchiz Ruiz, 2009)
En ocasiones, los sujetos necesitan del orientador para ser conscientes de cuál es el propio punto de vista y cómo esta interpretación afecta a nuestros sentimientos y a nuestra actuación. El orientador puede ayudarnos a reconocer la existencia de otras maneras de pensar y de entender la vida. La terapia en este caso consistiría en cambiar el pensamiento para poder superar las dificultades.
Psicoanálisis
Es un método de observación e investigación de la mente humana, que trata de comprender y explicar su funcionamiento con la finalidad de conseguir unos objetivos terapéuticos para el paciente. Por lo tanto, es también un método terapéutico para abordar con el paciente sus conflictos y tratar sus dificultades. Como resultado de estas observaciones y esta técnica, ha sido posible desarrollar una teoría psicológica de la conducta y de la mente humana. (SEP, 2014)
El psicoanálisis, como psicoterapia, excede el ámbito de la orientación. Lo recogemos aquí por la influencia tan marcada que han ejercido las teorías de Freud en el campo psicopedagógico.
Sugiere que no sólo los factores constitucionales y genéticos constituyen la personalidad y sus desequilibrios. También existen otras influencias importantes, como la experiencia del nacimiento, las tempranas relaciones con los padres, la sexualidad, las pérdidas, los miedos y la manera de vivir la ansiedad. Estas experiencias cruciales, vividas en el núcleo familiar, van estableciendo determinadas pautas de sentimientos, fantasías y relaciones inconscientes e interpersonales, que se encuentran en la raíz de los problemas por los cuales la persona busca ayuda.

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Humanismo
Durante la primera mitad del siglo xx la Psicología estaba dominada por el conductismo y la psicoterapia por el psicoanálisis. Como reacción surgió la psicología humanista, considerada por algunos como la «tercera fuerza» (Bisquerra 1998). Rogers define su sistema como «una relación estructurada de un modo muy preciso, de naturaleza nada imperativa, en la que el cliente encuentra la oportunidad de explorar, libremente y sin recelo, sus dificultades y las actitudes «emocionalizadas» que las rodean». (Sanchiz Ruiz, 2009)
Resalta la dignidad del ser humano, aunque interpretada de distinto modo en las diferentes formas de humanismo (cristiano, socialista, existencialista, científico, etc). El humanismo puede ser entendido como una determinada concepción del ser humano, y también como un método.
Nace con una tendencia realizadora que, si la infancia no la estropea, puede dar como resultado una persona plena: abierta a nuevas experiencias, reflexiva, espontánea y que valora a otros y a sí mismo. La persona inadaptada tendría rasgos opuestos: cerrada, rígida y despreciativa de sí mismo y de los demás.
Existencialismo
El análisis existencial pretende hacer al sujeto consciente de su responsabilidad, desarrollar en él la capacidad de ser responsable. (Sanchiz Ruiz, 2009)
El objetivo esencial de la existencia es la realización del sentido de la vida. Tiene por objeto movilizar los recursos del individuo, con el fin de reestructurar el equilibrio de la persona. La aceptación es parte fundamental del crecimiento de la persona.
Además de las teorías anteriormente expuestas, que pretenden ofrecer un marco teórico desde el que comprender e interpretar el comportamiento del ser humano y, consecuentemente, establecer la actuación del orientador, se han desarrollado otras teorías explicativas acerca de los estadios o períodos por los que atraviesa la persona en su desarrollo, implicando tanto el ámbito cognitivo como el emocional.

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TEORÍAS DEL DESARROLLO HUMANO

Erikson
Distingue ocho estadios en el ciclo vital:
- Primer año de vida.
- Primera infancia (1-3 años).
- Infancia (3-6 años).
- Años escolares, identificación con la tarea (6-12 años).
- Adolescencia (13-22 años).
- Joven adulto (22-30 años).
- Adultez (30-50 años).
- Madurez (a partir de los 50 años). (Sanchiz Ruiz, 2009)
Estas etapas nos determinan como seres humanos, el desarrollo que hayamos tenido desde que nacemos determinara como seremos como adultos, si tenemos un buen desarrollo en cada uno de los estadios que Erikson presenta, tendremos, confianza, autonomía, iniciativa, laboriosidad, identidad propia, creatividad e integridad, así que es importante conocerlas para que el niño se desarrolle en óptimas condiciones y en un futuro sea un excelente adulto.
Levinson
Se centra en la etapa adulta. Explica el comportamiento del adulto a través de una serie de estadios:
- Transición a la vida adulta (17-22 años).
- Entrada en el mundo adulto (22-28 años).
- Transición de la treintena (28-33 años).
- Asentamiento (33-40 años).
- Transición de mitad de la vida (40-45 años).
- Entrada en la adultez media (45-50 años).
- Transición de la cincuentena (50-55 años).
- Culminación de la adultez media (55-60 años).
- Transición a la adultez tardía (60-65 años).

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- Adultez tardía (65-70 años). (Sanchiz Ruiz, 2009)
Como lo menciona la Autora Sanchiz, que nos dice Levinson se enfoca más al comportamiento del adulto y no como Erikson que él se enfoca a toda la etapa de un ser humano, aquí Levinson nos dice que en esta etapa adulta es donde se forja y se construye un modo inicial de vida adulta que se le tiene que dar mantenimiento. Se puede evaluar y modificar el modo inicial que se tuvo como vida adulta, si tuvo errores, modificarlos, si tienen mayores aspiraciones que como cuando es joven, hay cambios que construyen las bases de una nueva vida, siempre modificaciones para mejorar estableciendo las bases de la nueva etapa que se tendrá.
Piaget
Como teorías del desarrollo hay que reconocerle a Piaget las dos grandes contribuciones realizadas: La teoría del desarrollo cognitivo (o teoría epistemológica genética) y la teoría del desarrollo moral. En la primera estableció la existencia de los siguientes estadios (Piaget, 1969: 19):
- Período sensoriomotor.
- Período preoperacional.
- Período de las operaciones concretas.
- Período de las operaciones formales. (Sanchiz Ruiz, 2009)
En la segunda defendió la existencia de dos tipos de moral: la moral heterónoma y la moral autónoma. A Piaget debemos igualmente conceptos como: asimilación, acomodación, adaptación, equilibrio cognitivo-desequilibrio-reequilibrio.
Kohlberg
Comparte con Piaget la creencia en que la moral se desarrolla en cada individuo pasando por una serie de fases o etapas. Estas etapas son las mismas para todos los seres humanos y se dan en el mismo orden, creando estructuras que permitirán el paso a etapas posteriores. Sin embargo, no todas las etapas del desarrollo moral surgen de la maduración biológica como   en Piaget, estando las últimas ligadas a la interacción con el ambiente. Estas etapas o estadios son:
-          Nivel 1. Preconvencional.
-          Nivel 2. Convencional.
-          Nivel 3. Postconvencional, autónomo. (Sanchiz Ruiz, 2009)

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En el nivel 1 es donde los actos son «buenos» o «malos» para el niño en base a sus consecuencias materiales o las recompensas o castigos que le reportan. En el nivel 2 La actitud global de la persona es de conformidad a las expectativas y al orden social. Y en el nivel 3 Los principios y valores morales se conciben independientemente de los grupos sociales que los profesan. La forma en que según Kohlberg hemos de trabajar el desarrollo moral en los niños y jóvenes es a través de plantearles el llamado «dilema moral», al cual han de buscar solución como grupo de forma consensuada y también analizar situaciones, propias o ajenas, afirmaciones, etc. ubicándolas en el nivel que les corresponda.
Loevinger
Según Loevinger, en su obra Ego Development (1976), el desarrollo del ego atraviesa por una serie de estadios de crecimiento interpersonal, cognitivo y moral. En esta evolución es determinante el juicio moral, la formación del carácter, la socialización, el desarrollo intelectual. Posteriormente observó que su instrumento medía estadios estructurales del desarrollo del yo, a los que denominó:
1) Impulsivo.
2) Conformista.
3) Consciente.
4) Autónomo. (Sanchiz Ruiz, 2009)
La autora creó en 1960 un instrumento basado en la técnica de las frases incompletas para explorar, inicialmente, rasgos de personalidad de las madres relacionados con la crianza de sus hijos. Cada una de estas fases se podía describir atendiendo a tres ejes: el control de los impulsos, el modo de relación interpersonal y las preocupaciones conscientes.

IMPORTANCIA DE LOS USOS DE LOS MODELOS

Como hemos visto, los tres modelos básicos de actuación son importantes. No son modelos excluyentes. El profesional de la psicología y la pedagogía ha de recurrir a los tres y, en función de la demanda, de la situación, de los objetivos, de las necesidades, etc., utilizar el más apropiado, si bien, el hecho de generar la implicación de todos los agentes educativos, ha de ser la tónica general a la hora de intervenir.

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De ahí que hablásemos de un modelo mixto: el psicopedagógico, en el que se da una intervención prioritariamente indirecta, grupal, interna, proactiva y que suele utilizar tanto la consulta como los programas, dejando el modelo clínico para los casos en que es indispensable. La actuación del psicopedagogo es principalmente indirecta, en cuanto que presta más atención a la consulta de la institución, del profesorado y de las familias que a la intervención directa en el aula. Sin embargo, en ocasiones su actuación es también directa, cuando interviene directamente con los alumnos, cuando lleva a cabo evaluaciones psicopedagógicas o entrevistas individuales.
Su labor es fundamental en el centro educativo para dar unidad al proceso orientador y soporte técnico a los agentes que intervienen directamente con el alumnado.

IMPORTANCIA DEL PERFIL DE ORIENTADOR

La imperiosa necesidad de incrementar la calidad de la educación pasa necesariamente por prestar especial atención a la mejora, cualitativa y cuantitativa, de los centros docentes. La investigación y la práctica educativa han evidenciado que para que esto sea posible de manera sostenida, hay que centrar los esfuerzos en que las escuelas desarrollen sus capacidades internas para el cambio. Desde esa perspectiva, los avances actuales en el movimiento de mejora de la escuela se encaminan hacia la elaboración de propuestas en las que se potencia esta capacidad interna de la escuela. Entre ellas destacan iniciativas tales como las comunidades profesionales de aprendizaje, en las que se refuerza la necesidad del aprendizaje de toda la comunidad escolar a partir de planteamientos de apoyo y colaboración mutua, el liderazgo distribuido, como marco que promueve repartir la información, las responsabilidades y las decisiones entre toda la comunidad, o el liderazgo docente, íntimamente ligado a las anteriores propuestas. La idea que subyace a todas ellas es que es necesario fomentar y utilizar las fortalezas del centro y de todos sus miembros para conseguir cambios duraderos que solventen las dificultades reales de cada escuela.
Pensar en el orientador como agente interno de cambio implica, por un lado, poner en valor la formación recibida que le capacita como agente facilitador para el cambio de la escuela. Por otro lado, preguntarse de qué manera puede este profesional colaborar para generar una

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cultura de mejora, fomentar la capacidad de cambio y optimizar el aprendizaje de la comunidad escolar de modo que se garantice la calidad de la enseñanza. Finalmente, reconsiderar su labor transformándole en un líder educativo dentro de los centros.
Si bien la labor a realizar por el orientador en los centros de la etapa primaria y secundaria es de naturaleza distinta, la conceptualización aportada esclarece su potencial abandonado, ya sea en uno u otro contexto educativo. Complementando dicha conceptualización es necesario que pongamos de manifiesto las funciones y tareas que, en su mayoría olvidadas, ha de realizar el orientador en su labor diaria:
·         Orientar la labor del docente hacia la mejora de los estudiantes.
·         Motivar a los profesionales de la institución educativa.
·         Dotar al profesorado y al equipo directivo de estrategias para la resolución de problemas dentro y fuera del aula.
·         Enfatizar los valores de respeto, solidaridad e igualdad en el clima del centro.
·         Potenciar la convivencia entre los miembros de la comunidad educativa.
·         Guiar la labor directiva para que responda a los requerimientos y debilidades de la comunidad educativa.
·         Apoyar al estudiante en su desarrollo educativo, emocional y profesional.
Su capacitación a nivel pedagógico, psicológico, estratégico y mediador le permite desempeñar su trabajo en el centro con unos y otros miembros de la comunidad educativa. Es por ello que resulta una figura relevante para hacer realidad el cambio interno en la escuela.
Y es que pensar al orientador como agente interno de cambio implica repensar su labor desde una perspectiva sistémica, cuyos objetivos máximos son optimizar el logro académico de todos los estudiantes y establecer relaciones de trabajo colaborativas con ambos equipos, el docente y el directivo.
El trabajo con el equipo directivo
Si el liderazgo escolar es uno de los factores más relevantes en el desarrollo de programas de mejora eficaces en los centros, resulta esencial considerar el aporte que los profesionales de la orientación podrían brindar a los equipos directivos en procesos de cambio.

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Muchos investigadores comparten la idea de que los orientadores pueden y deben apoyar la labor del equipo directivo, en tanto que su formación específica les dota de información sustancial sobre la situación de alumnos, profesores y familias. Igualmente, son muchos los autores que señalan que el equipo directivo debe apoyar la labor del orientador, lo cual resulta esencial en la aplicación y mantenimiento de programas de orientación dirigidos hacia la mejora del centro.
El trabajo con los profesores
El cambio educativo depende de lo que el profesorado haga y piense, es evidente que el orientador, como agente interno de cambio, deberá estar fuertemente implicado con este colectivo, para que pueda acompañar los procesos de mejora en relación directa con las aulas. Así, los orientadores podrán articular estrategias de trabajo colaborativas destinadas principalmente a maximizar las posibilidades de formación y desarrollo continuo del profesorado.
El trabajo con los estudiantes
En la etapa de enseñanza, el orientador debe preocuparse por maximizar las oportunidades de aprendizaje de todos y cada uno de los estudiantes, ya que este profesional, debido a su formación y experiencia, se configura como uno de los más capacitados del centro para reconocer y trabajar con dificultades de carácter cognitivo, social y/o emocional, que pudieran afectar al proceso de aprendizaje de los alumnos. Esto, sin duda, sitúa su labor como clave a la hora de repensar y diseñar estrategias de trabajo más eficaces, ya sea trabajando junto con los docentes o en colaboración con los propios alumnos, de modo que facilite las pautas de actuación oportunas.

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CONCLUSIÓN

Para concluir  este ensayo destaco que se analizó y reflexionó sobre la práctica de la orientación educativa y la importancia que esta debe tener en una institución. Se enfatizó el papel motivador del orientador hacia sus alumnos u orientado, y se consideró en lo personal tratar la motivación de logro como un aspecto importante y necesario en el proceso del orientador y en ocasiones se cuestionó en qué medida el orientador es consciente de la influencia de este factor psicoeducativo en su labor y hasta qué punto pueda influenciar en la persona el orientador. Para terminar, considero que la propuesta para mejorar la práctica del orientador educativo y en consecuencia la motivación de logro en los alumnos se concreta en la formación del orientador y la investigación en el campo de la Orientación Educativa para la generación de nuevos conocimientos que posibiliten la comprensión de la práctica orientadora, para ir conformando un cuerpo teórico y práctico en el que se puedan basar los futuros orientadores y que les permita a su vez relacionar la teoría con sus experiencias, para la intervención oportuna en la solución de problemas concretos de los alumnos; el fortalecimiento de espacios de interacción entre orientadores (foros, coloquios, congresos, reuniones), para reflexionar sobre sus prácticas y problematizar los aspectos de la base y no solo los aspectos técnicos o llanos, como formatos, tests, etcétera. A su vez, el orientador debe abandonar esa actitud autoritaria y de vigilancia hacia el alumno; por el contrario, deberá asumirse como uno más de ellos, deberá ser capaz de instalarse en el espacio del alumno para poder realmente orientarlo y finalmente sensibilizarse y adquirir conciencia de que uno de sus principales retos es motivar a sus alumnos para que se descubran, para que sean libres, responsables, confiados,  positivos y constructivos en su vida; sin embargo, lo anterior sólo será posible si el orientador mismo está motivado e identificado en su labor orientadora.
Para concluir, considero que un orientador educativo debe reunir los siguientes requisitos:
Conocimientos:
-Manejo de la teoría sobre la orientación educativa
-Tener conocimientos sobre los factores que influyen en el desarrollo humano, motivación y la conducta humana.

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-Conocimientos sobre evaluación, psicología y educación
Habilidades:
-Conocer las técnicas de comunicación para interactuar de manera individual con los alumnos.
-Conocer técnicas de evaluación psicométrica.
-Manejar recursos didácticos para la atención de los alumnos.
Actitudes:
-El orientador debe adoptar una actitud de aceptación de la persona, de integración e inclusión en todas las actividades escolares y extraescolares.
-De respeto a la libertad y las decisiones de los alumnos.
Por último, considero que un buen orientador debe evitar actitudes autoritarias y de vigilancia exterior hacia el alumno, debe formar parte de la sociedad de los alumnos, hacer conciencia en sí y en los demás para entenderlos realmente y orientarlos respetando su libertad, de tal manera que se responsabilicen y logren cambios constructivos para su vida inmediata y futura.


  
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REFERENCIAS
  • · Vélaz de Medrano Ureta, Consuelo. (1998). ORIENTACION E INTERVENCION PSICOPEDAGÓGICA CONCEPTOS, MODELOS, PROGRAMAS Y EVALUACION. España: Aljibe.
  • ·  Sanchiz Ruiz, Ma. Luisa. (2009). Modelos de orientación e intervención psicopedagógica. 14/Diciembre/2014, de Publicacions de la Universitat Jaume Sitio web: http://www.uji.es/bin/publ/edicions/modpsico.pdf
  • ·      SEP. (2014). El Psicoanálisis. 26/Noviembre/2014, de Sociedad Española de Psicoanálisis Sitio web: http://www.sep-psicoanalisi.org/que-es-la-sep-2/el-psicoanalisis/
















2 comentarios:

  1. Excelente trabajo Lizethe, te felicito por el empeño puesto en esta materia es digno de reconocer el esfuerzo para la realización de las actividades, deseo de todo corazón te siga llendo muy bien y cada vez mejores como orientadora.

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    1. Muchas gracias profesor y también es bueno reconocer que su empeño porque nosotros nos interesaramos por entender y que nos gustara la materia hizo que muchos de nosotros le echaramos ganas. Ojalá coincidamos nuevamente en otra materia. Bonitas fiestas que aún no terminan :)

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